jueves, 7 de julio de 2011

EL CONSUMO DE DROGAS NO DEBE SER LIBERADO - CLARIN 06/07/11




miércoles 6 de julio de 2011
El consumo de drogas no debe ser liberado
CLARIN 06/07/11

Por WILBUR RICARDO GRIMSON MEDICO PSIQUIATRA, EX SECRETARIO DE SEDRONAR


Hoy nuestra sociedad asiste a un debate que reclama la liberalización del consumo de las denominadas drogas ilegales aduciendo que esta posición se basa en el derecho individual.

Es posible que esto pueda sostenerse para el ámbito de las acciones privadas, pero resulta difícil de admitir para las conductas públicas,
donde las Convenciones Internacionales (Viena 1961,1971,1986) que hemos redactado y ratificado fijan criterios adversos a tal concepción.

Si bien el crecimiento del fenómeno del consumo de drogas desborda las previsiones, el resultado de una mayor tolerancia social nos llevaría a un descontrol que algunos países han soportado con serias dificultades.

Por caso Suecia, que liberalizó el consumo y debió volver atrás, o Colombia, donde la liberalización se debió revertir por el mismo fenómeno. O Suiza, que autorizó el uso de estaciones de tren abandonadas para los que quisieran inyectarse en vena, y debió modificar la decisión cuando los sitios fueron copados por el narcotráfico.

Nadie va a festejar tanto la liberalización del consumo como quienes trafican con las drogas y así verían multiplicado el alcance de su negocio.

Es que el consumo de sustancias tóxicas, que venden una ilusión pero dañan el sistema nervioso central, es el mal de la época y no puede creerse ingenuamente que beneficia más que a sus propiciadores mercantiles. Del otro lado del mostrador se recibe diariamente a las víctimas que iniciaron un camino de difícil retorno, ignorando los riesgos . La recuperación no sólo no es fácil sino que en muchos casos es dudosa por el deterioro de la persona, sus valores y sus proyectos.

El daño del consumo abusivo no sólo afecta al organismo del individuo. Daña al tejido social que lo acompaña en su vida familiar, en su trabajo y en su desempeño. Y es por eso que más daña donde menos recursos existen, como en los casos denunciados por los sacerdotes villeros liderados por el Padre Pepe di Paola.

El documento en que se basan se titula”En la villa la droga ya está despenalizada”. Resulta significativo que el Episcopado Nacional no sólo los ha reconocido en forma institucional, sino que ha propuesto con diversas ONGs al Congreso Nacional una Ley de Prevención (2009) que se aprobó, pero lamentablemente no se ha implementado.

La prevención nos debe ubicar al lado de las familias que buscan orientación y de los docentes que deben implementar este objetivo en todos los niveles. Esta tarea no es meramente informativa y se complementa con la promoción de experiencias significativas que encarrilan a las personas, sean jóvenes o adultos, cuando promueven la solidaridad social . Esto demuestra que las desigualdades pueden corregirse con esfuerzo, con conocimiento y con búsqueda de futuro. Si quien se droga privilegia el instante, debemos promover los esfuerzos de quienes apuntan a un futuro compartido.

Así lo entendieron quienes desde el organismo que se creó para coordinar y representar en el exterior las políticas de drogas de nuestro país, la SEDRONAR, convocaron a las ONGs para esta tarea que compromete a la sociedad toda. Y me refiero en especial a Julio César Araoz, Eduardo Amadeo y Lorenzo Cortese.